Los Ángeles, EE.UU. (Reuters).- Sharon Sarmiento supo que era hora de desconectarse cuando se dio cuenta de que estaba escribiendo en su blog entre sueños y escuchando mensajes de texto imaginarios. Para Ariel Meadow Stallings, fueron las horas perdidas en la red lo que la dejaron sintiendo que había sufrido un colapso por excesiva ingesta de alcohol.
Ambas mujeres son parte de un nuevo movimiento en el que los aficionados a la tecnología, adictos a Internet, digitadores de Blackberry y usuarios compulsivos de la mensajería instantánea están decidiendo recuperar el control de sus vidas atreviéndose a desconectarse, aunque sea por un día.
"Creo que hay una parte de sentido común en nosotros que dice: 'Espera un minuto. Esto ha ido demasiado lejos. Estamos demasiado enchufados'", dijo Sarmiento, propietaria de un negocio virtual en Alabama y autora de un blog.
"Es como si nuestra mente estuviera yendo en un millón de direcciones diferentes a la vez. De modo que tomar un día para estar completamente desconectado de la tecnología te fuerza a volver a vincularte con el mundo real", afirmó.
Algunos lo denominan el "sábado sabático". Para otros es el "día de la desconexión". En Québec, Canadá, los diseñadores profesionales Denis Bystrov y Ashutosh Rajekar están organizando un "día mundial de la desconexión" para mayo.
Stallings, de 33 años, blogger y gerente de márketing a tiempo parcial de Microsoft Corp., tomó la resolución en enero de pasar "52 noches desconectada" este año.
"Me encanta la tecnología. Pero me di cuenta de que era un problema cuando me sentaba a ver mis e-mails y era casi como despertarme seis horas más tarde porque había estado viendo videos de cachorros en YouTube", comentó.
Así que Stallings se animó, acompañada por agitados síntomas de abstinencia emocional, y apagó su computadora, correo electrónico, teléfono celular y televisor los miércoles por la noche.
A modo de giro irónico, rápidamente transmitió el mensaje a través de su blog y se conectó con miles de personas de todo el mundo que habitualmente envían mensajes de texto mientras conducen, se llevan las computadoras portátiles al baño o revisan los e-mails durante la cena.
"Pensé que era un problema que me afectaba a mí y a mis colegas nerds. Pero luego empecé a enterarme sobre italianos con problemas similares, y polacos y checos, e incluso recibí una pregunta de alguien de Colombia. Así que me di cuenta de que no es sólo un problema de estadounidenses, sino a nivel internacional", dijo Stallings.
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