La población británica debería limitar el consumo de carne a cuatro modestas porciones a la semana por persona y el de leche a un litro a fin de ayudar a combatir el cambio climático, según un informe de la Universidad de Surrey.
El estudio, elaborado por la Red de Investigación sobre Alimentos y Clima de esa universidad del sur de Inglaterra, afirma además que debería reducirse el consumo total de alimentos, especialmente de los que tienen pocos nutrientes, como los dulces.
Los expertos de la citada casa de estudios recomiendan el retorno a hábitos de alimentación seguidos por madres y abuelas, como la compra de productos propios de cada estación, cocinar en ollas a presión, no tirar la comida y caminar hasta el supermercado.
También proponen el uso de microondas o la compra por Internet, agrega el texto, del que informa hoy el periódico británico The Guardian.
El informe hace estas recomendaciones debido a la preocupación cada vez mayor sobre la relación entre la industria ganadera y los gases que contaminan el medioambiente.
El análisis fue elaborado tras una investigación que ha durado cuatro años sobre el impacto de los alimentos en el cambio climático y se considera que es el estudio más exhaustivo sobre este asunto.
La autora del informe, Tara Garnett, señaló que la comida es importante por muchas razones, entre ellas culturales, pero resaltó que las campañas para animar a la gente a cambiar los hábitos alimenticios no darán resultado y solicita al Gobierno que recurra a otras opciones, como establecer límites sobre emisiones de gases contaminantes.
(EFE)
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