jueves, noviembre 20, 2008

Observan cómo el agujero negro de la Vía Láctea devora materia



Un equipo internacional de científicos ha observado cómo el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, con una masa cuatro millones de veces mayor que la del Sol, sigue devorando materia en el centro de la galaxia, informó hoy el Centro Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).

Los investigadores, algunos del CSIC han detectado intensos destellos o fulguraciones procedentes de Sagittarius A (SgrA), el agujero negro supermasivo, situado en el centro de la galaxia a 26.000 años luz de la Tierra, que revelarían la existencia de nubes de gas desgarradas al girar a gran velocidad en sus cercanías, tal como se ha comprobado con los telescopios VLT y APEX.

Los agujeros negros son difíciles de observar y éste constituye un objetivo especialmente complicado, ya que, en el centro de la Vía Láctea hay enormes cantidades de gas y polvo que provocan que la radiación que emiten los objetos en la longitud de onda visible (el tipo de luz que ven nuestros ojos) se extinga por el camino.

Los telescopios VLT y APEX, situados en Chile, captan ondas infrarrojas y submilimétricas respectivamente, y se trata de la primera vez que se obtienen medidas simultáneas de una fulguración con estos instrumentos.

"SgrA es visible en la luz infrarroja durante cortos periodos de tiempo, cuando exhibe fuertes fulguraciones. Como no se puede prever cuándo ocurrirán estas fulguraciones, no es fácil observarlas con dos telescopios que no estén en el mismo lugar, porque una simple nube podría tapar la región del cielo que interesa", explica Rainer Schödel, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (sur de España).

Tras varias noches de espera, los astrónomos encargados del VLT descubrieron que SgrA se activaba, y que su brillo aumentaba cada minuto.

Alertaron a sus colegas del APEX y, durante las siguientes seis horas, observaron violentas variaciones en el brillo de SgrA, además de cuatro fulguraciones mayores.

Como preveían los astrónomos, las fulguraciones se registraron primero en ondas infrarrojas y, una hora y media después, en ondas submilimétricas.

Esto se debe a la expansión de las nubes de gas que finalmente caen al agujero: la velocidad con la que giran en las últimas órbitas en torno a SgrA hace que se estiren, aumentando su tamaño y volviéndose más transparente; es entonces cuando la radiación puede viajar a través de ellas y llegar hasta la Tierra, por fases.

De momento, según el experto, sólo se puede percibir "la emisión de SgrA como un punto de luz".

No obstante, "como en términos astronómicos se encuentra cerca de la Tierra y es relativamente grande, en cinco o diez años esperamos ser capaces de observar directamente el gas que gira a su alrededor", añadió.

(EFE)

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