El ciudadano libanés Hasán Mohamed el Suki, condenado por haber introducido 45,5 kilos de cocaína en Dinamarca con la ayuda de otra persona, huyó el martes gracias a la complicidad de algunos amigos y familiares.
De repente, en medio del funeral, decenas de personas comenzaron a correr, creando la confusión necesaria para que el reo se zafara de los cuatro policías que le escoltaban. Entró en un coche con los cristales tintados y sin matrícula que arrancó a toda velocidad.
"La fuga parecía bien planeada por los amigos del condenado, que se interpusieron y tiraron piedras a los policías cuando intentaron atraparle", explicó a la AFP Jesper Simonsen, comisario de Copenhague, quien no descarta que El Suki haya logrado salir del país. Condenado el pasado diciembre, debía ser expulsado de Dinamarca tras cumplir su pena.
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