jueves, octubre 04, 2007

Sputnik cumple 50 años, el primer paso hacia la carrera espacial


En el día 4 de octubre de 1997 se cumplieron cincuenta años, que con motivo de la celebración del nacimiento de Constantin Tsiolkowsky, padre de la ciencia astronáutica en la antigua URSS, se puso en órbita sobre la Tierra el SPUTNIK, primer satélite artificial de la Tierra. Tan solo transmitía un simple "bip" en las frecuencias de 20 MHz (20.005 MHz) y 40 MHz (40.008 MHz).




A partir de estos momentos se inicia el reto de la conquista del espacio. Cuatro meses después (31 de enero de 1958) E.U.A. consiguió situar en órbita su primer satélite: el Explorer I.
Pues bien El 4 de octubre de 1957, desde el cosmódromo Baikonur, en las estepas de Kazajistán, despegó con éxito el misil intercontinental ruso R-7 que puso en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1. Pero la Unión Soviética, obsesionada por aquel entonces con la carrera armamentista con EEUU, no valoró en su justa medida el logro revolucionario de sus científicos. El Sputnik 1 era solo un "producto derivado" del trabajo sobre un nuevo supermisil balístico capaz de alcanzar el territorio enemigo más allá del Atlántico.Medio siglo después ya no queda ni rastro del poderoso imperio soviético ni de aquella simple esfera de aluminio cuyo vuelo hizo temblar al mundo entero. Y la subestimación del acontecimiento que inauguró la era cósmica sigue siendo casi igual. El 50° aniversario del lanzamiento del primer satélite artificial se celebra en Rusia con una sorprendente frialdad y aparente falta de interés."ERA NUESTRO"Solo ayer por la noche, víspera del aniversario, el Ayuntamiento de Moscú dejó sustituir algunos de los numerosos carteles publicitarios con los que conmemoran el éxito del Sputnik 1. "¡El primer sputnik era nuestro!", rezan los carteles de la agencia espacial rusa, Rosaviakosmos, que son parte de la campaña llevada a cabo para recuperar el prestigio de la industria espacial rusa, comprometido tras la desaparición de la URSS en 1991 a causa de graves problemas financieros. Desde 1956, un numeroso grupo de científicos militares rusos encabezado por el gran constructor de cohetes del régimen de Stalin, Serguei Koroliov, se instaló en unas barracas, perdidas en las estepas kazajas, que dieron inicio al futuro cosmó-dromo de Baikonur. Su misión era construir un nuevo misil intercontinental que iba a ser nada menos que el arma más temible y capaz de abatir un objetivo en cualquier parte del mundo. En mayo de 1957, empezaron los primeros lanzamientos del misil R-7, que permitieron a los científicos aspirar a más allá del proyecto militar. Las características de la nueva arma permitían poner en órbita aparatos de gran peso. Así nació la idea de lanzar al espacio una esfera con retransmisor que emitió más tarde el famoso "bip, bip".Solo un pequeño grupo de científicos militares, apretados en un modesto cuarto de 12 metros cuadrados, siguió in situ el vuelo de la bola de aluminio de 83 kilos a una altura de 1.000 kilómetros. "En aquel momento ninguno de nosotros era consciente de que acabábamos inaugurar la era cósmica. El objetivo mucho más importante que teníamos era construir un nuevo misil balístico para el Ejército", confiesa 50 años después Igor Bazhinov, el responsable del control balístico del vuelo del primer Sputnik.Para Korolióv, el lanzamiento del satélite había sido "más bien una cosa rutinaria", recuerda uno de sus colegas, el académico ruso Oleg Gazenko. Preocupada por el objetivo de adelantar a EEUU en la carrera armamentista, la URSS tardó en calibrar la importancia de la puesta en órbita del primer satélite artificial. Al día siguiente, el diario oficial Pravda solo le dedicó unas líneas.ÉXITO SUPLEMENTARIOEsta puesta en órbita fue inicialmente vista como un éxito tecnológico soviético suplementario, según el hijo de Nukita Jruschov, secretario general del Partido Comunista de la URSS de 1953 a 1964. "En aquel momento, no entendimos la importancia de lo que habíamos hecho. Las consecuencias se nos hicieron claras mucho más tarde", afirmó Serguei Jruschov, profesor de la universidad estadounidense de Brownen en un debate por el 50 aniversario del aparato.El "bip-bip" del primer Sputnik pudo oírse desde la Tierra en cualquier hogar en el que hubiera una radio. Por eso, el acontecimiento tuvo una enorme repercusión en el planeta. De pronto, los periódicos de todo el mundo abrían sus portadas con la noticia de que la URSS había logrado por primera vez poner un aparato en el espacio. El Sputnik 1 cayó de su órbita tres meses después, tras efectuar 1.367 rotaciones al rededor de la tierra.


Sputnik satellite song

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